lunes, 27 de enero de 2014

Nuevo libro lasaliano

En los manantiales de la escuela popular cristiana
Autor: Hermano Josean Villalabeitia

El nuevo año 2014 llegó para todos los lasalianos con un regalo muy especial bajo el brazo. Nos referimos al libro del Hermano Josean Villalabeitia titulado "En los manantiales de la escuela popular cristiana", que acaba de ver la luz en el Distrito Arlep de la mano de Ediciones La Salle,

Este libro describe, de manera sencilla, agradable de leer y repleta de citas textuales del Fundador, distintos aspectos interesantes de las escuelas lasalianas de los primeros tiempos, así como el ambiente que rodeó su nacimiento.

No se trata de una obra para especialistas  -ellos conocen de sobra los contenidos del libro- sino para lasalianos que desean ampliar sus conocimientos sobre los orígenes de la fundación lasaliana, o introducirse un poco más a fondo en algunos aspectos concretos de la misma. De hecho, mediante los contenidos del libro los lasalianos podrán ir completando los mil y un datos e informaciones de todo tipo que sobre la fundación lasaliana suelen recibir en charlas, sesiones de formación, encuentros, retiros, jornadas de reflexión, etc.

En este sentido, contenidos claves de la obra son, entre otros, los antecedentes de las escuelas lasalianas; cómo surgieron en concreto; cuáles fueron las influencias más claras que marcaron su fundación y primeras características; la "Guía de las Escuelas Cristianas", el libro clave que regía el funcionamiento de las primeras escuelas lasalianas; cuáles podrían considerarse los aspectos más peculiares y originales de aquella fundación escolar, etc.

Desde estas líneas animamos a todos los lasalianos interesados en estos asuntos a consultarlo y utilizarlo con fruición en sus actividades.

Para ver la portada del libro, pinchar AQUÍ

martes, 7 de enero de 2014

Los Hermanos de la Vida Común

Precursores de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (1)


Entre los precursores de Juan Bautista De La Salle y sus Hermanos, quizás los más remotos en el tiempo sean los llamados “Hermanos de la Vida Común”. Esta orden religiosa nació en los Países Bajos mediado el siglo XIV, y se extendió bastante durante un par de siglos, sobre todo por Bélgica y Holanda. Uno de sus miembros más conocidos fue Tomás de Kempis, autor del libro de la Imitación de Cristo, tan leído en medios cristianos  —también en comunidades religiosas—  hasta hace bien poco.

Como el propio nombre de su institución sugiere, los Hermanos de la Vida Común vivían juntos, aunque no profesasen ningún voto. Se dedicaban a la oración y a la meditación, y llegaron a tener una espléndida reputación como copiadores de manuscritos y, más adelante, como impresores. Pero su vocación esencial era la enseñanza; primero de niños y, más adelante, también de jóvenes. Su programa de estudios primarios saltó los muros de sus comunidades para extenderse con largueza por las regiones donde estaban implantados. Constaba de lectura, escritura, algo de cálculo y todo cuanto fuera útil para el trabajo posterior de los chicos en la sociedad.

Dos detalles importantes, sobre todo, de los planteamientos de los Hermanos de la Vida Común los acercan a las experiencias que más tarde desarrollarían en profundidad los Hermanos de La Salle. Por un lado, en su enseñanza, los Hermanos de la Vida Común empleaban la lengua materna de sus alumnos y, por otro, sus lecciones eran siempre gratuitas. Además, animaban sus actividades desde una comunidad sólida, que consideraban como algo fundamental en su vida y en su trabajo apostólico.

Aunque se sabe de algún antiguo colegio francés que se inspiró en la experiencia de los Hermanos de la Vida Común para remozar sus estatutos y comenzar a funcionar de manera más moderna, la influencia directa de estos Hermanos neerlandeses en Francia, y en particular en los discípulos del Señor De La Salle, tuvo que ser muy limitada, porque jamás tuvieron comunidad en suelo francés. Pero uno nunca sabe cómo cobran cuerpo estas cuestiones…

Hermano Josean Villalabeitia