viernes, 24 de noviembre de 2017

La Salle en El Chaco (Paraguay)

Más de la mitad de Paraguay está ocupado por la semidesértica región de El Chaco, una región altamente empobrecida



Hace años que los Hermanos de La Salle abrieron un centro educativo para los niños más pobres de aquel lugar. Desde entonces Hermanos y voluntarios lasalianos ayudan a los más pobres entre los pobres por medio de la promoción humana y el desarrollo de la educación.

A continuación, un vídeo de calidad y 27 minutos de duración sobre la misión de La Salle en El Chaco:

Para ver el vídeo pinchar AQUÍ.




jueves, 16 de noviembre de 2017

Confesiones lasalianas desde Ecuador


Desde Ecuador, más concretamente desde la
Unidad Educativa Juan León Mera, de Ambato
nos llega el testimonio de unos antiguos alumnos
lasalianos orgullosos de haber pasado por las 
aulas de La Salle


Un vídeo muy breve que merece toda nuestra 
atención...




miércoles, 8 de noviembre de 2017

La causa de beatificación del Hermano Victorino avanza

El próximo día 15 de noviembre se reunirá en el Vaticano, más concretamente en la Congregación para las Causas de los Santos, el congreso teológico para la discusión y análisis de la Positio super virtutibus del Hermano Victorino, de La Salle. Tras la presentación pública de la Positio, el 9 de abril de 2016, este será el primer paso importante en el caminar de la causa del Hermano Victorino hacia los altares oficiales de la Iglesia Católica.
 
Con este motivo, además de solicitar la oración confiada para que el Espíritu Santo guíe la mente de los obispos y teólogos que decidirán sobre la santidad del Hermano Victorino, presentamos una breve reseña que publicó hace unos meses el Hermano que, sobre el terreno,se encarga más directamente de promover su beatificación.

El Hermano Victorino, siervo de Dios y formador de jóvenes
No resulta fácil resumir en pocas líneas toda la vida virtuosa de una persona. Y más si se trata de un religioso como el Hermano Victorino, cuyo nombre es conocido por tantas personas dentro y fuera de Cuba. El Hermano Victorino (Agustín Arnaud) nació el 7 de septiembre de 1885 en Onzillon, Francia. Sintiéndose llamado por Dios, a los 16 años ingresó en el Noviciado de los Hermanos y pronunció sus primeros votos religiosos el 8 de septiembre de 1903; justo por esa época en Francia se promulgaba la ley Combes, que suprimiría las Congregaciones Religiosas Docentes.

El Hermano Victorino, con la idea de defender su vocación y ser fiel a la misma, en 1904 se ofreció a sus superiores para abandonar su patria y dirigirse a Canadá junto con otros 70 Hermanos. En 1905, con tan solo 20 años de edad, se volvió a ofrecer a los Superiores Mayores que buscaban voluntarios para fundar una escuela en la isla de Cuba; así, el Hermano Victorino embarcó con otros 13 Hermanos hacia la Habana.

El año de 1928 marcaría definitivamente la magnitud y trascendencia del celo apostólico del Hermano Victorino. Teniendo ya 42 años y con más de 20 años viviendo en Cuba, reúne a 14 jóvenes delegados de otras tantas asociaciones de ex alumnos de colegios católicos de La Habana, y con ellos firma el acta de constitución de lo que llamaron “Federación de la Juventud Católica Cubana”. Siervo de Dios, formador de juventud…

El propósito de esta Federación era llevar la fe, la práctica y los principios religiosos a todos los niveles de la sociedad, como un movimiento espiritual, impulsado por ideales, para conseguir la superación individual; finalidad que comenzó por los más jóvenes. Su creación constituyó una verdadera revolución en la Iglesia Cubana porque fueron jóvenes los que impulsaron el movimiento que abrió las puertas al laicado católico y a la evangelización en la isla, un cuarto de siglo después de que la larga guerra de independencia dejara prácticamente anulada la vida cristiana. Es, sin duda, una gran obra inspirada por el Hermano Victorino, hoy en proceso de beatificación.
Hombre consecuente con sus ideas y sus decisiones, así era el Hermano Victorino. Optó por la vida religiosa como Hermano de La Salle desde temprana edad, y nunca se arrepintió, ni se desmintió en la manera de vivir su vocación.

Fue fiel a ella hasta la muerte. Fue fiel a ella en todos momentos de su vida, no siempre halagüeños ni conformes con sus ideales.

El Hermano Victorino era un hombre de Dios. Aquel hombre de gesto suave, de habla cálida y presencia tímida, providencialmente inspirado, que revolucionó la juventud, llenándola de hermosos ideales cristianos. Miles de personas y hogares fueron “tocados” por aquel hombre amable y sencillo, amistoso, honesto y bueno; y sintieron enriquecer sus vidas a través de sus experiencias y contactos con el Hermano Victorino que sin duda tocó sus corazones, sembrando amor para que ellos cosecharán amor.

Llena de orgullo al Distrito Antillas-México Sur poder compartir parte de lo que el Hermano Victorino realizó en nuestro Distrito, siguiendo la misión de nuestro fundador: “Mirando siempre el establecimiento y gobierno de nuestra sociedad como obra de Dios”, siendo ejemplo a seguir por su entrega y obediencia; por la fe que le daba fortaleza, la constancia ante las cosas, pero sobre toda la paciencia. Mientras tanto, esperaremos con fe el decreto del Decreto del Santo Padre a favor de nuestro Hermano Victorino, dando por hecho, que su misión vive.

San Juan Bautista De La Salle, ruega por nosotros. ¡Viva Jesús en nuestros corazones, por siempre!


Hermano Pedro Acevedo, Vicepostulador de la Causa de Beatificación del Hermano Victorino.